sábado, 19 de enero de 2013

Invitados.

La nobleza esperó pacientemente en el interior del templo a el Rey y la Reina que se despedían de los demás. Los humanos aprovecharon la oportunidad para estudiar a el resto de los invitados en la sala, y ser estudiados de vuelta. Fue un encuentro inusual, incluso para los estándares reales.
El rey de Rohan, Éomer y su hermana se sentaron con orgullo en la parte delantera. Sus cuerpos estaban erguidos e imponentes como correspondía a su estatus real. El rey Éomer había creado un gran revuelo en la congregación cuando había entrado en su armadura como el Tercer Mariscal de Riddermark. Por un momento el camarero no estaba seguro de si se debía permitir a un guerrero así en el templo, pero la mirada que le había enviado Éomer en el camino lo había convencido de que debía dejarlo ahí. 
Éowyn no era menos intimidante en su vestido blanco adornado en plata. Tenía la espalda erguida  y se comportaba como si ella también estuviera en la armadura. Se veía fresca, tranquila y asombrosamente bella. Muchas cabezas se habían vuelto a mirarla cuando entró en la habitación por lo hermosa que era. Sin embargo, su belleza aumento diez veces más cuando vio a su prometido - Faramir, Príncipe de Ithilien.
Él había estado esperando con impaciencia la llegada de la delegación de Rohan. Aun que había demostrado su cortesía al dar la bienvenida a los otros invitados en el nombre de su rey, con sus ojos constantemente buscó la puerta del templo. Mucha gente despertó su curiosidad para descubrir a quien buscaba este hombre normalmente tranquilo y paciente con tanta urgencia. Y no se decepcionaron al ver a Éowyn. 
Faramir había salido a saludar con entusiasmo al Rey Éomer, pero su actitud indico claramente que era a Éowyn a quien había estado esperando. Por la mirada que él le había dado, era evidente que había estado esperando por ella toda su vida. Los corazones de todos se habían llenado de alegría de ver que su príncipe más joven por fin había encontrado el amor. Muchos ya estaban esperando otra boda a seguir. 
Muchas personas miraban a Merry, por lo que otras debieron contarles que estas diminutas personas era Hobbits. Merry Brandybuck y Pippin Tuck procedieron ambos. Éowyn y Faramir saludaron a Merry y Pippin alegremente. Los hombres y mujeres miraban con asombro a las dos pequeñas criaturas - heroes y guerreros en su propio derecho. Su pequeña estatura disfrazaba sus valientes y poderosos corazones. 
Más de una cabeza se dio vuelta varias veces para observar a los otros dos hobbits - Frodo Baggins y Sam Gamgee. Todos sabían del portador del anillo y su fiel compañero, pero no por su reputación si no por su cara. Toda la tierra media debe su existencia a este hobbit por lo que estaban agradecidos y un poco entristecidos. Todos podían ver el precio que el pequeño hobbit tuvo que pagar por su victoria. La sombra aún persistía en sus ojos, aún que su rostro sonreía. Estaba claro para aquellos que lo miraban de cerca cuanto se había robado de él por el anillo. No era de extrañar que Sam caminara cernido y protectoramente a su lado. Frodo agradecido se sentó en un lugar apartado del templo, lejos de las miradas indiscretas y preguntas bien intencionadas. 
Incluso el noble portador del anillo quedo en el olvido cuando los Elfos entraron al lugar. Con razón los llaman la raza más hermosa y noble de la Tierra Media, llenaron la sala con luz que emanaba de ellos junto con una única canción. Se alienta el corazón y el espíritu al verlos, le recuerdan a todos que la belleza aún existe en el mundo.
 El grupo de los Elfos de más alto rango en la Tierra Media, era dirigido por Lady Galadriel y su marido Celeborn. La dama hizo que la mayoría de la gente en la sala se quedara sin palabras, nunca habían visto tal belleza en sus vidas. Lord Elrond y el Rey Thranduil caminaban a un lado del otro, justo detrás del Señor y la Señora de Lorien, tratando valientemente de no sonreír a los humanos que los miraban boquiabiertos. Los hermanos de Arwen, Elladan y Elrohir, tuvieron menos éxito en ocultar su alegría. Ellos sonrieron abiertamente, pero de buen humor; lo que a los humanos les intrigó. Ellos pensaron que sería divertido observar a los humanos en la boda. Esta raza era impredecible.
Las últimas personas en ingresar fueron los últimos en todo un día de sorpresas - un enano, un elfo y un anciano.Dicho grupo se llevo variadas miradas de extrañeza, pero todos sabían de el viejo mago, Gandalf el blanco. Muchos se pararon en señal de saludo y respeto. El príncipe Legolas y sus miradas habían roto demasiados corazones femeninos, para no haber sido reconocido inmediatamente. Gimli, Señor de las Cavernas Resplandecientes oró fervientemente para que nadie lo reconociera. Por desgracia, la suerte no estaba de su lado, ya que mucha gente lo reconoció, aun que solo fue porque llevaba su hacha y un sello proclamandolo amigo de los Elfos. 
La boda fue encantadora, pero termino demasiado pronto en opinión de la mayoría de los invitados. Muchos instintivamente sabían que tal reunión nunca se volverá a ver en la Tierra Media. A pesar de la alegría por la pareja, había un pequeño toque de tristeza en el aire. 
El Rey Aragorn y la Reina Arwen se apartaron del balcón e invitaron a las personas a unirse a ellos en su fiesta de bodas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario