domingo, 20 de enero de 2013

Planes y Reflexiones

Legolas miró perplejo como Aragorn y Arwen giraron en torno a la pista de baile. Nunca había visto a su amigo tan feliz, lo que hizo que su corazón se alegrara. Si alguien merecía felicidad, era esta pareja.
Había conocido a Arwen la mayor parte de su larga vida, y sabía que ella nunca había sido tan feliz como ahora. Su corazón cantaba y todos se alegraban al estar cerca de ella. Legolas contuvo su propio suspiro; él se preguntaba cuando encontraría a alguien a quien amar tanto, tal como Aragorn lo hacía con su reina.
"No te preocupes Elfo, tu también tendrás a una dama pronto" - intervino su amigo Gimli - "Por alguna extraña razón, al parecer a las chicas les gustan tus cabellos rubios, han de estar ciegas" - río- "Solo espera con calma" - añadió.
Legolas sonrió a su amigo. Gimli siempre se encargaba de subirle el animo.

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"Entonces Estel, ¿puedo bailar con mi hija, o piensa mantenerla a su lado toda la noche?" - Elrond preguntó sonriendo mientras se acercaba a la pareja.
"¿Cuando ha necesitado permiso, mi Señor?
"Desde que se convirtió en su esposa"
*~ Y humana *~
"De ser así, entonces tiene mi permiso para bailar con ella" - Aragorn hizo una pequeña reverencia y dio un paso atrás para dejar ir a su esposa. ¿Cómo es que esa palabra todavía lo emociona?
Lord Elrond tomo a Arwen y con gracia la condujo hacía la pista de baile.

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"Ustedes están destinados a estar bailando Faramir, no a monopolizar en algún rincón" - Interrumpió la voz de Aragorn la conversación que Faramir y Éowyn estaban teniendo. Ambos saltaron hacía atrás como si algo los hubiese mordido y miraron a Aragorn.
Aragorn rió por su expresión de culpabilidad.
"Mi señora, yo no pensé que fuera capaz de ruborizarse." - Éowyn solo se ruborizo más.
"Si Faramir no va a bailar, entonces ¿puedo tener yo el placer? - Preguntó.
Éowyn miró a Faramir y rápidamente miró a Aragorn otra vez. Cambió su expresión por una más digna y respondió: "Por supuesto, mi Señor".
Aragorn se inclino para tomarle la mano y la llevó a la pista de baile.

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"¿Eres feliz, sell nín?" {mi hija}
"Sí, adar. Más de lo que me imaginaba" {padre}. - Arwen respondió sinceramente.
Lord Elrond miró la feliz cara que tenía su hija en ese momento, y entonces supo que había perdido a su niña para siempre. Ella realmente era mortal y ahora él se iba a perder en el olvido algún día. Incluso si no la pudiera ver con sus ojos, lo sentiría. Incluso en este momento de alegría, su corazón se llenaba de dolor por la perdida de su hermosa hija.
"Estoy feliz padre, yo no he cambiado mi elección"- hablo en voz baja al sentir la tristeza de su padre.
"Él me hará feliz"
"Lo sé, meleth" {amor} - Elrond contestó muy bajo. Él estaba seguro de ello.
"Te voy a extrañar Arwen, tú has traído mucha alegría a mi vida"
"Como a mi, ada".
"Te recordaré, Estrella de la Tarde"
"Entonces viviré para siempre".

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"Tú lo amas, ¿verdad?. - Aragorn le pregunto a Éowyn.
"Sí" - Éowyn respondió simplemente, sabiendo que era Aragorn quien preguntaba. Ella tenía ganas de decir más, aun que Aragorn no tuviera ningún derecho en su corazón, ella no se sentía cómoda hablando con él sobre Faramir.
"¿Eres feliz?" - Aragorn persistió.
"Sí, mucho" - Éowyn se quedó en silencio, sin saber qué decir. Buscando el rostro de Aragorn, vio la preocupación y amistad que Aragorn le ofrecía, entonces ella sonrió.
"Él me complementa. Cuando estoy con él, no anhelo nada más." -dijo en voz baja
"Ni si quiera para ser una doncella de hierro? - preguntó Aragorn
"Con él, soy Éowyn. Ni más, ni menos. "
"Entonces eres feliz" - Aragorn estaba satisfecho.

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Si bien la mayoría de los invitados vieron a  los elfos y a las parejas de baile, Thranduil observó a los humanos con cuidado. El Bosque Negro era un reino insular, por lo que él no tenía mucho contacto con humanos, que dio al Bosque un amplio espacio en el mejor de los días.
Se maravilló de sus capacidades de resistencia y espíritu, no era de extrañar que cuenten a los humanos como enemigos peligrosos. Ahora podía entender porque Lord Elrond tomó un interés tan grande por esa raza. Iba más allá de su herencia media-elfica. Era el amor por el hombre y su bienestar.
Thranduil nunca sería un seguidor como lo era Lord Elrond pero tampoco veía a los humanos con despreció. Había mucho que admirar y aprender de esta raza, si es que no era lo suficientemente orgulloso como para admitirlo.
Thranduil observaba como los invitados reían. Ellos eran felices, eso atrajo al Rey. Volvió a pensar en su propio reino, de vuelta a sus amados bosques. No podía recordar cuando fue la última vez que pudo sentir tanta alegría en su gente.
Ciertamente, no después de que su amada Eruante había navegado por los Puertos Grises. Ella le había quitado la luz a su vida y a las vidas de su pueblo. Ellos necesitan recordar que esa vida, a pesar de todas las adversidades, continuo y debía ser apreciado.
 Tal vez una celebración - miro hacía donde su hijo estaba sentado -. Tal vez una celebración era lo que se requería.

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"Hm..mi padre me está mirando" - dijo Legolas a Gimli.
"¿Y?"
"No me gusta la forma en la que me mira. Me hace sentir como un saco de comida a punto de ser intercambiado"
"Estás exagerando Elfo. Come y olvídate de tu padre."
"No Gimli, está tramando algo y voy a tener que pagar por ello" - Legolas pronto descubrió que había perdido el apetito. Se preguntó porque su padre lo miraba de una forma tan especulativa.
"Por los Valar, espero que no esté planeando algo. Siempre tengo que sufrir yo a causa de sus planes"
"¿Cómo?" - preguntó Gimli con curiosidad.
"La última vez me envió a Rivendel, y todos ya sabemos como termino eso"
"Él te hizo un heroe amado por muchas personas. Te dio la oportunidad de hacer algo nuevo en vuestra vida, a hacer una diferencia en la Tierra Media. Suena terrible para mi" - replicó Gimli
"Sí, bueno, en retrospectiva, creo que todo salió bien" - dijo Legolas tímidamente.
Legolas negó con la cabeza. Thranduil estaba planeando algo, y Legolas sabía que no le iba a gustar.

sábado, 19 de enero de 2013

Invitados.

La nobleza esperó pacientemente en el interior del templo a el Rey y la Reina que se despedían de los demás. Los humanos aprovecharon la oportunidad para estudiar a el resto de los invitados en la sala, y ser estudiados de vuelta. Fue un encuentro inusual, incluso para los estándares reales.
El rey de Rohan, Éomer y su hermana se sentaron con orgullo en la parte delantera. Sus cuerpos estaban erguidos e imponentes como correspondía a su estatus real. El rey Éomer había creado un gran revuelo en la congregación cuando había entrado en su armadura como el Tercer Mariscal de Riddermark. Por un momento el camarero no estaba seguro de si se debía permitir a un guerrero así en el templo, pero la mirada que le había enviado Éomer en el camino lo había convencido de que debía dejarlo ahí. 
Éowyn no era menos intimidante en su vestido blanco adornado en plata. Tenía la espalda erguida  y se comportaba como si ella también estuviera en la armadura. Se veía fresca, tranquila y asombrosamente bella. Muchas cabezas se habían vuelto a mirarla cuando entró en la habitación por lo hermosa que era. Sin embargo, su belleza aumento diez veces más cuando vio a su prometido - Faramir, Príncipe de Ithilien.
Él había estado esperando con impaciencia la llegada de la delegación de Rohan. Aun que había demostrado su cortesía al dar la bienvenida a los otros invitados en el nombre de su rey, con sus ojos constantemente buscó la puerta del templo. Mucha gente despertó su curiosidad para descubrir a quien buscaba este hombre normalmente tranquilo y paciente con tanta urgencia. Y no se decepcionaron al ver a Éowyn. 
Faramir había salido a saludar con entusiasmo al Rey Éomer, pero su actitud indico claramente que era a Éowyn a quien había estado esperando. Por la mirada que él le había dado, era evidente que había estado esperando por ella toda su vida. Los corazones de todos se habían llenado de alegría de ver que su príncipe más joven por fin había encontrado el amor. Muchos ya estaban esperando otra boda a seguir. 
Muchas personas miraban a Merry, por lo que otras debieron contarles que estas diminutas personas era Hobbits. Merry Brandybuck y Pippin Tuck procedieron ambos. Éowyn y Faramir saludaron a Merry y Pippin alegremente. Los hombres y mujeres miraban con asombro a las dos pequeñas criaturas - heroes y guerreros en su propio derecho. Su pequeña estatura disfrazaba sus valientes y poderosos corazones. 
Más de una cabeza se dio vuelta varias veces para observar a los otros dos hobbits - Frodo Baggins y Sam Gamgee. Todos sabían del portador del anillo y su fiel compañero, pero no por su reputación si no por su cara. Toda la tierra media debe su existencia a este hobbit por lo que estaban agradecidos y un poco entristecidos. Todos podían ver el precio que el pequeño hobbit tuvo que pagar por su victoria. La sombra aún persistía en sus ojos, aún que su rostro sonreía. Estaba claro para aquellos que lo miraban de cerca cuanto se había robado de él por el anillo. No era de extrañar que Sam caminara cernido y protectoramente a su lado. Frodo agradecido se sentó en un lugar apartado del templo, lejos de las miradas indiscretas y preguntas bien intencionadas. 
Incluso el noble portador del anillo quedo en el olvido cuando los Elfos entraron al lugar. Con razón los llaman la raza más hermosa y noble de la Tierra Media, llenaron la sala con luz que emanaba de ellos junto con una única canción. Se alienta el corazón y el espíritu al verlos, le recuerdan a todos que la belleza aún existe en el mundo.
 El grupo de los Elfos de más alto rango en la Tierra Media, era dirigido por Lady Galadriel y su marido Celeborn. La dama hizo que la mayoría de la gente en la sala se quedara sin palabras, nunca habían visto tal belleza en sus vidas. Lord Elrond y el Rey Thranduil caminaban a un lado del otro, justo detrás del Señor y la Señora de Lorien, tratando valientemente de no sonreír a los humanos que los miraban boquiabiertos. Los hermanos de Arwen, Elladan y Elrohir, tuvieron menos éxito en ocultar su alegría. Ellos sonrieron abiertamente, pero de buen humor; lo que a los humanos les intrigó. Ellos pensaron que sería divertido observar a los humanos en la boda. Esta raza era impredecible.
Las últimas personas en ingresar fueron los últimos en todo un día de sorpresas - un enano, un elfo y un anciano.Dicho grupo se llevo variadas miradas de extrañeza, pero todos sabían de el viejo mago, Gandalf el blanco. Muchos se pararon en señal de saludo y respeto. El príncipe Legolas y sus miradas habían roto demasiados corazones femeninos, para no haber sido reconocido inmediatamente. Gimli, Señor de las Cavernas Resplandecientes oró fervientemente para que nadie lo reconociera. Por desgracia, la suerte no estaba de su lado, ya que mucha gente lo reconoció, aun que solo fue porque llevaba su hacha y un sello proclamandolo amigo de los Elfos. 
La boda fue encantadora, pero termino demasiado pronto en opinión de la mayoría de los invitados. Muchos instintivamente sabían que tal reunión nunca se volverá a ver en la Tierra Media. A pesar de la alegría por la pareja, había un pequeño toque de tristeza en el aire. 
El Rey Aragorn y la Reina Arwen se apartaron del balcón e invitaron a las personas a unirse a ellos en su fiesta de bodas.

1.La boda

Advertencia: Los personajes pertenecen al profesor JRR Tolkien, mientras que la historia es solo una traducción de otra ya creada. 


La boda

El aire era solemne, pero alegre al mismo tiempo, correspondía a la unión de dos personas extraordinarias -dos razas extraordinarias. La tierra media no había visto una unión como esta desde hace mucho tiempo, y es probable que no la vea más.

El sacerdote pregunto por tercera vez; ¿Quiere usted, rey Elessar, tomar a esta mujer para ser su reina?
Aragorn miro a la mujer radiante frente a él y sonrió. No necesitaba las tres preguntas del sacerdote, su respuesta sería la misma hasta el final de la eternidad.
"Con todo mi corazón" - respondió.
"Y usted, señorita Arwen Evenstar, ¿toma a este hombre para ser su señor y marido?
"Sin remordimientos" - respondió ella.
Arwen miró los ojos sonrientes de Aragorn y una vez más reafirmo su devoción a este hombre.
El sacerdote asintió. Las respuestas marcaron el final de la ceremonia.
"Por los poderes que me confieren, los declaro Rey y Reina, casados ante los ojos del hombre".
La pareja de recién casados inclino la cabeza para recibir la bendición del sacerdote. Este habló brevemente con ellos acerca de los deberes del uno con el otro, pero fue una mera formalidad. Arwen y Aragorn se habían casado en su corazón desde hace ya mucho tiempo aquí, y habían aprendido sus lecciones de amor y devoción muy bien.
Cuando el sacerdote termino, la pareja se bajó de la tarima y cruzó el suelo del templo al balcón real. Al entrar al arco, el mayordomo que esperaba alzó la voz para anunciar: "Todo Gondor alaba a su señora, la Reina Arwen".
Una gran ovación surgió de la multitud cuando Aragorn presentó su reina al pueblo. Ella saludo amablemente  a su nueva gente y luego tranquilamente se situó al lado de Aragorn mientras el pueblo vitoreaba y aplaudía continuamente.
Había tanto amor y alegría en esas personas que Arwen se quedo atónita. A pesar de las penurias que habían sufrido, y de todas las épocas oscuras que habían vivido, todavía podían amar a su rey y hacer un espacio para ella en sus corazones. Había subestimado una vez más a la raza del hombre. Ella sacudió su cabeza - se trataba de su pueblo ahora y ella era uno de ellos. Ella era su reina - humana, mortal, infinitamente frágil, pero también infinitamente valiosa.
Ella miro a Aragorn, y se dio cuenta una vez más que ella no lo querría de otra manera.

Moriquendi

El bosque negro se encuentra bajo amenaza, una alianza es la única manera de salvarlo. ¿Podrá Legolas hacer el sacrificio necesario?